Hernia de Hiato

La hernia de hiato ocurre cuando una parte del estómago sube hacia el tórax a través del diafragma. Puede causar reflujo, acidez y molestias al comer.

Hernia de Hiato

La hernia de hiato es un problema más común de lo que parece, pero muchas personas no saben que la tienen. De hecho, a veces los síntomas de la hernia de hiato se confunden con otras cosas: acidez, dolor de estómago, gases, reflujo, incluso malestar en la espalda o el pecho. Vamos a explicarlo todo de forma clara y sencilla.

¿Qué es una hernia de hiato?

Una hernia de hiato ocurre cuando una parte del estómago se desplaza hacia arriba y pasa a través del diafragma, entrando en la cavidad torácica. Esta apertura natural se llama "hiato esofágico", y de ahí su nombre. Hay diferentes tipos, pero la más habitual es la hernia de hiato por deslizamiento.

Mucha gente se pregunta qué es una hernia de hiato y si es peligrosa. En la mayoría de los casos no lo es, pero puede generar síntomas molestos y afectar a tu calidad de vida si no se trata.

¿Cuáles son los síntomas de la hernia de hiato?

Los síntomas de hernia de hiato pueden ser muy variados, y no siempre fáciles de identificar. Algunas personas no notan nada, mientras que otras tienen molestias casi todos los días. Lo curioso es que muchas veces los síntomas se confunden con otras cosas, como una mala digestión o incluso ansiedad.

Aquí te dejo los más comunes:

  • Reflujo ácido o sensación de ardor que sube desde el estómago hasta el pecho, especialmente después de comer o al acostarte.
  • Gases, hinchazón y sensación de tener el estómago lleno todo el tiempo.
  • Dolor en la boca del estómago o en el pecho, que a veces puede asustar porque se parece al dolor de corazón.
  • Algunas personas sienten dolor de espalda o una especie de presión torácica.
  • Náuseas, dificultad para tragar o sensación de que la comida se queda "atascada".
  • Tos seca crónica, sobre todo por la noche, o incluso ronquera al hablar.

Hay quienes notan también palpitaciones o falta de aire, especialmente si la hernia es grande o si presiona otros órganos. Esto puede hacer que te preguntes si la hernia de hiato te puede ahogar o si puede provocar algo más grave. Aunque la hernia de hiato no está relacionada directamente con el cáncer, si los síntomas son intensos o no mejoran con el tiempo, es importante acudir al médico y hacerte una revisión.

¿Y dónde duele exactamente la hernia de hiato? Lo más habitual es sentir molestias en la parte alta del abdomen, justo debajo del pecho, aunque como ya ves, puede dar señales en otras zonas.

Si has notado varias de estas molestias, especialmente después de las comidas o al tumbarte, es muy probable que tengas una hernia de hiato. La buena noticia es que tiene tratamiento y, con algunos cambios, tu día a día puede mejorar muchísimo.

¿Por qué aparece una hernia de hiato?

Buena pregunta. Lo cierto es que no siempre hay una única causa clara, pero sí sabemos que hay varios factores que pueden hacer más probable que aparezca una hernia de hiato.

Por ejemplo:

  • La edad: es más común a partir de los 50 años. Con el tiempo, los tejidos se debilitan un poco y eso puede facilitar que parte del estómago se desplace.
  • El sobrepeso: tener exceso de peso, sobre todo en el abdomen, aumenta la presión en el estómago y puede empujarlo hacia arriba.
  • El esfuerzo al ir al baño: sí, el estreñimiento crónico o hacer mucha fuerza al evacuar puede favorecer su aparición.
  • Toser mucho y con fuerza durante largos periodos (por ejemplo, si tienes una tos crónica).
  • El embarazo, porque también ejerce presión sobre el abdomen.
  • Y también influyen los malos hábitos posturales o cargar peso de forma incorrecta.

En resumen: todo lo que genere presión en el abdomen de forma continuada puede aumentar el riesgo de acabar con una hernia de hiato. Por eso es tan importante cuidar nuestros hábitos diarios y, si ya la tienes, evitar ese tipo de esfuerzos.

¿Cómo se trata la hernia de hiato?

Una vez que sabes que tienes una hernia de hiato, la siguiente pregunta lógica es: ¿Y ahora qué hago? ¿Tiene cura? ¿Me tengo que operar?

La buena noticia es que en la mayoría de los casos no hace falta operarse. El tratamiento suele ser bastante conservador, sobre todo si los síntomas no son muy intensos. Lo principal es hacer algunos cambios en tu día a día y seguir el tratamiento que te recomiende tu médico.

Estos son los tres pilares básicos del tratamiento:

  1. Cambiar algunos hábitos
    Parece simple, pero funciona. Cosas como comer más despacio, no tumbarte justo después de comer, evitar cenas pesadas o dormir con la cabeza un poco elevada pueden marcar la diferencia. Si reduces la presión sobre el estómago, los síntomas bajan.
  2. Cuidar la alimentación
    Hay varios alimentos prohibidos para la hernia de hiato porque aumentan la acidez o empeoran el reflujo. Entre ellos están el chocolate, los fritos, el alcohol, el café, los refrescos con gas, y también las comidas muy abundantes. Hacer comidas pequeñas y frecuentes suele ayudar mucho. Si te preguntas si puedes comer pan o plátano, la respuesta es sí, pero mejor blanco y maduro, respectivamente.
  3. Medicación
    El más conocido es el omeprazol, que ayuda a reducir la producción de ácido en el estómago. No cura la hernia, pero sí mejora mucho los síntomas. Hay más medicamentos disponibles, pero siempre deben ser indicados por un profesional.

¿Y si nada de esto funciona?

Si después de todo eso sigues con molestias importantes, el médico puede valorar una cirugía de hernia de hiato. Se hace por laparoscopia, y aunque suele ser segura, como toda intervención tiene sus riesgos y posibles efectos secundarios. Por eso no se recomienda a todo el mundo, solo en casos más graves o persistentes.

Vivir con una hernia de hiato

Cuando te dicen que tienes una hernia de hiato, lo primero que piensas es: ¿Voy a poder hacer vida normal? ¿Esto se cura? ¿Qué tengo que cambiar?

La realidad es que muchas personas viven perfectamente con una hernia de hiato, siempre que hagan algunos ajustes en su rutina. No es el fin del mundo, pero sí es algo que hay que cuidar.

Lo primero es entender que la hernia no suele desaparecer sola, pero con tratamiento y buenos hábitos puede dejar de molestarte casi por completo. Algunos días quizá notes un poco de acidez o hinchazón, pero si cuidas tu alimentación y evitas lo que te sienta mal, esos síntomas pueden volverse muy leves o incluso desaparecer.

Pequeñas cosas como comer más despacio, evitar las comidas copiosas, no acostarte justo después de cenar y elevar la cabecera de la cama pueden marcar una gran diferencia. Y si tomas medicación, como el omeprazol, asegúrate de seguir las indicaciones del médico, sin automedicarte.

Hay gente que lleva años con una hernia de hiato real y hace su vida sin problemas: viaja, trabaja, hace ejercicio… Simplemente han aprendido qué les sienta bien y qué no. Y si en algún momento los síntomas empeoran, vuelven a ajustarse y consultar con su especialista.

En resumen: sí, se puede vivir bien con una hernia de hiato, pero hay que conocerse, cuidarse y no dejar que los síntomas se acumulen. Y ante cualquier duda, mejor preguntar que aguantar.

¿Qué puedo comer si tengo hernia de hiato?

Si te han diagnosticado una hernia de hiato, una de las primeras cosas que te estarás preguntando es: ¿Y ahora qué puedo comer? ¿Hay alimentos prohibidos?

La respuesta corta es sí, pero también hay muchas opciones que sí puedes tomar y que te ayudarán a sentirte mejor. La alimentación es clave para controlar los síntomas como el reflujo, la acidez o la hinchazón.

Alimentos que es mejor evitar (o reducir al máximo)

Hay ciertos alimentos que pueden empeorar los síntomas, así que lo ideal es mantenerlos fuera de tu dieta o consumirlos con mucha moderación:

  • Cítricos como la naranja, el pomelo o el limón (muy ácidos).
  • Chocolate, menta, café y bebidas con cafeína.
  • Fritos, embutidos y comidas grasientas.
  • Alcohol y sobre todo cerveza, que puede generar más gases y acidez.
  • Bebidas con gas, en general.
  • Comidas muy abundantes o que comas muy rápido (mejor porciones pequeñas y tranquilas).

Alimentos que suelen sentar bien

Por suerte, también hay muchos alimentos que suelen ir bien cuando tienes una hernia de hiato. Aquí van algunos ejemplos:

  • Pan blanco o tostado, mejor que el integral con semillas.
  • Plátano maduro (no verde), que es suave y calmante para el estómago.
  • Verduras cocidas, como calabacín, zanahoria o calabaza.
  • Carnes magras como pollo, pavo o pescado blanco.
  • Arroz blanco, manzana rallada o compota (sin azúcar).
  • Nueces en cantidades pequeñas y bien masticadas (si las toleras bien).

¿Y qué pasa con el pan, las nueces o el plátano?

Estas son preguntas comunes. Por ejemplo: ¿Se puede comer pan con hernia de hiato? ¿Las nueces son malas? ¿El plátano ayuda o empeora?

  • Pan blanco sí, mejor si es suave y sin semillas.
  • Nueces: en pequeñas cantidades, pueden ir bien si las masticas muy bien.
  • Plátano: ¡sí! Es de las frutas más recomendadas, sobre todo si está maduro.

Lo importante es observar cómo responde tu cuerpo, porque cada persona es distinta. Lo que a uno le sienta mal, otro lo puede tolerar sin problema.

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